El regreso al Cabo ha empezado como una novela de Dan Brown. A primera hora del sábado hallaron muerto con un disparo en la cabeza al General Urano Teixeira Da Matta Bacellar. A pesar de que según las primeras informaciones el General Teixeira se habría suicidado en la terraza de su habitación en el Hotel Montana, la investigación sigue abierta y los rumores que corren acerca de su muerte van desde el envenenamiento previo a la acción de francotiradores mercenarios sudafricanos. Teixeira era el comandante militar de la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (MINUSTAH) y como número dos de la misión estaba al mando de un contingente militar compuesto por unos 7.000 soldados de 12 países. La muerte de Teixeira complica aún más la situación por aquí donde la delincuencia e inseguridad ciudadana en la capital empeoran por momentos y el calendario electoral ha vuelto a ser pospuesto por las autoridades locales. Ante esta situación República Dominicana ha comenzado a desplegar sus efectivos militares a lo largo de la frontera con Haití. Por si fuera poco ayer buena parte del país quedó paralizado a causa de una huelga general convocada por la Cámara de Comercio para protestar contra los casos de secuestro y la inseguridad ciudadana y denunciar la incapacidad de las Naciones Unidas para proporcionar seguridad en la capital del país.
Con semejante bestseller casi se me ha olvidado ya que desde que pille el AVE en Zaragoza me dio tiempo a tapear por la Latina con Jose y sus colegas de Motorola y a hacer una parada de fin de semana en Miami, que cada vez me sorprende más. De visita obligada: el Wolfsonian Museum y su tienda-restaurante Dynamo; las casas, hoteles y restaurantes de Ocean Drive, el Nikki Beach club, las casetas de baywatch en South Beach, el Hotel Delano, la Calle Ocho, el Jam at MAM...
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