«Los haitianos han emigrado hacia la República Dominicana en busca de trabajo desde hace casi 90 años. Durante la mayor parte del siglo pasado, estos obreros cruzaron la frontera – a veces llevados por la fuerza, otras veces convencidos con falsas promesas – para trabajar en las zafras de los ingenios azucareros. Allí eran empleados como cortadores de caña, con salarios miserables, viviendo en condiciones atroces en los barracones de los “bateyes” o pequeñas aldeas dentro de las plantaciones azucareras. Terminada la cosecha los braceros eran retornados a Haití. La caída de la industria azucarera dominicana a partir de los años 80, el crecimiento y diversificación de la economía dominicana, y la prolongada crisis política y económica en Haití no han detenido la migración laboral haitiana. Ésta no sólo ha continuado, sino que tiende a aumentar, si bien ahora presenta características diferentes. En la actualidad los haitianos no sólo encuentran trabajo en la muy mermada industria azucarera, sino también en otros sectores agrícolas, la construcción, la industria turística, el servicio doméstico y el comercio informal. Aunque los varones jóvenes continúan predominando, el número de mujeres migrantes es cada vez mayor.
(…) Los tres partidos políticos mayoritarios se resisten a abordar la cuestión migratoria y el tema de la nacionalidad de los residentes haitianos porque temen las consecuencias electorales de ser vistos como pro-haitianos, situación que aprovecharían sus rivales para acusarlos de traicionar los intereses nacionales. Este temor es aprovechado por un grupo pequeño pero bien relacionado de derechistas, conocido como los “Nacionalistas”, que promueve un agresivo anti-haitianismo. Los Nacionalistas plantean la existencia de una conspiración internacional que busca unificar la isla e incrementar la migración, lo que transformaría la identidad nacional, que en su opinión es esencialmente mulata e hispánica, debido a las raíces africanas de Haití. (…) El haber permitido que la migración haitiana se desarrollara de manera informal y por fuera de los marcos legales ha generado numerosos problemas de derechos humanos. La mayor parte de los inmigrantes no cuenta con protección legal ni gubernamental, y sufre discriminación y abuso por parte de contratistas de mano de obra, empleadores, autoridades gubernamentales (policía, militares, funcionarios de migración), el sistema judicial, el sistema educativo y los servicios de salud». Seguir leyendo.
Documento: Inmigrantes haitianos y dominicanos de ascendencia haitiana en la República Dominicana, Bridget Wooding y Richard Moseley-Williams, Publicado por Cooperación Internacional para el Desarrollo (CID) y el Servicio Jesuita a Refugiados y Migrantes (SJR), 2004. Vía: FLACSO - República Dominicana.
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