lunes, abril 10, 2006
Un año en Haití
Desde hace doce meses esta es la vista que contemplo todos los días al despertar: una panorámica de lujo con la que me quedo embobado antes de ir a trabajar. Y es que desde que llegué al Cabo me he acostumbrado a muchas cosas y a otras no tanto. Así, he cambiado la bicicleta por un Nissan Patrol 4x4; he dejado de ir al gimnasio y mantengo la línea a base de problemillas estomacales cada seis semanas; ya no uso colonia pero me pongo repelente de insectos todas las tardes; utilizo más el walkie-talkie que el móvil; y he pasado de los conciertos y festivales de música al karaoke de los sábados en el campamento militar del batallón chileno.
Un año que ha dado mucho de sí, pero sobre todo muy buenos amigos.
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