Aquí eso de apartar el coche a un lado para cambiar una rueda o llamar a la grúa como que no termina de cuajar. Costumbre arraigada entre los conductores, no obstante, la de abandonar los vehículos averiados o siniestrados en medio de la calzada para que el resto no olvidemos de acordarnos de ellos y sus santas familias cuando los esquivamos al ritmo de un simpático volantazo.
Actualización: 48 horas y la autoridad competente (es un decir) aún no ha encontrado una grúa en todo Puerto Príncipe con la que desplazar el vehículo que sigue ocupando la mitad de la calzada en una curva sin visibilidad de una carretera de doble sentido y pendiente pronunciada.Este post ha sido posible gracias a la colaboración transatlántica de gatetes.com
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